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Provincia Santa Fé

Tres de cada diez jóvenes de entre 25 y 35 años viven con sus padres

Tres de cada diez jóvenes de entre 25 y 35 años que viven en la provincia de Santa Fe aún comparte el hogar con sus padres o abuelos, de acuerdo a un informe de la Fundación Tejido Urbano, en base a datos oficiales, que advierte sobre las dificultades que experimentan las personas de esa franja etaria para acceder a una vivienda. Aun así, Santa Fe es uno de los cinco distritos del país con menor índice de población joven que no logra independizarse.

En Argentina, el fenómeno de los jóvenes que no logran independizarse sigue siendo una problemática persistente: en 2024, 2.265.000 personas de entre 25 y 35 años continuaban viviendo con sus padres o abuelos, de acuerdo a datos de la fundación que reúne a profesionales, especialistas e investigadores de distintas disciplinas en temas relacionados al hábitat y a la ciudad.

“Que una proporción significativa de personas de entre 25 y 35 años no logre dejar la casa de sus padres o abuelos no es un dato menor: refleja problemas estructurales en el acceso a la vivienda y en las condiciones económicas que enfrenta esta generación”, advierte Fernando Álvarez de Celis, director Ejecutivo de la Fundación Tejido Urbano.

Y señala que actualmente en el país hay más de 2,3 millones de jóvenes en esa situación, lo que indica la existencia de “una demanda de vivienda insatisfecha, un mercado de alquileres que no termina de absorber sus necesidades, y una economía que no les permite proyectar su independencia”, sostiene y advierte que “si no se atiende, este fenómeno genera un efecto en cadena: limita la autonomía personal, afecta al mercado inmobiliario, dificulta la planificación urbana y debilita el desarrollo social en general”.

De acuerdo al informe, en los últimos nueve años, el porcentaje de personas de entre 25 y 35 años que sigue viviendo en el hogar familiar se mantiene entre el 40 y el 36 por ciento. En esta serie, el año 2021 presenta el índice más alto (40,9 %), mientras que el 2024 es el más bajo (36,7%).

El trabajo señala que “el registro del 36,7 % no solo es el más bajo desde 2016, pero sigue siendo una proporción elevada: aproximadamente cuatro de cada diez jóvenes siguen dentro del círculo familiar, lo cual contrasta con la expectativa cultural de formación de hogares independientes en esa etapa de la vida”.

La baja del 2% respecto de 2023 es una señal de mejora, aunque el porcentaje sigue siendo 1,2 puntos superior al promedio del período 2016–2023. Esto indica que, si bien el fenómeno está disminuyendo, aún no ha vuelto a los niveles promedio de la última década, lo que mantiene cierta preocupación sobre la evolución del acceso a la vivienda.

Detrás de estas cifras están las historias de aquellos jóvenes que no acceden a ingresos suficientes para sostener una vivienda o no logran una estabilidad en el trabajo que permita ahorro o acceso al crédito para cubrir los gastos asociados con la independencia.

Santa Fe, con más oportunidades

El acceso a la vivienda depende de múltiples factores económicos, territoriales y estructurales. “El más evidente es el ingreso: muchos jóvenes no cuentan con salarios suficientes ni estabilidad laboral como para afrontar un alquiler o iniciar un proceso de compra. Incluso quienes tienen empleo formal o formación universitaria enfrentan dificultades”, señala Álvarez de Celis.

Aun así, no todo el territorio nacional presenta una realidad homogénea. En la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (Caba), los jóvenes que entre los 25 y los 35 aún conviven con sus padres son el 21 % de la población de esa edad. En la otra punta del ránking, en Salta el 55 % de la población de esa edad aún no pudo independizarse.

Santa Fe integra las cinco provincias del país donde los jóvenes encuentran más oportunidades de acceder a una vivienda, junto con Caba, Tierra del Fuego (22 %), La Pampa (24 %) y Río Negro (25 %). Son parte de los territorios donde, por diversas razones, como mercados laborales más dinámicos, mejores porcentajes de ingresos o presencia de importantes centros educativos, los porcentajes de jóvenes no emancipados son menores.

En Córdoba, el 31 % de quienes están entre 25 y 35 años sigue compartiendo el hogar familiar, en la provincia de Buenos Aires son el 37 %, en Mendoza el 40 % y en Entre Ríos el 42%.

Ingresos, trabajo y estudio

Estas asimetrías pueden explicarse en la estrecha relación entre los ingresos de los hogares y la capacidad de emanciparse. Por ejemplo, en la Ciudad de Buenos Aires, el porcentaje de jóvenes no emancipados es el más bajo del país, también se registran ingresos familiares más altos que el promedio nacional, lo que permitiría a los jóvenes enfrentar con mayor facilidad los gastos de alquilar o acceder a financiación para comprar una vivienda.

La presencia de instituciones de educación superior en las ciudades, también suele reducir el porcentaje de jóvenes no emancipados ya que fomentan la migración de jóvenes de localidades más pequeñas que se independizan para empezar a estudiar una carrera terciaria o universitaria.

La existencia de oportunidades laborales es otro de los factores que permiten explicar la existencia de un mayor porcentaje de jóvenes con acceso a una vivienda. En el sur de Argentina, las tasas de emancipación son más altas, probablemente debido a la migración laboral en lugares como Vaca Muerta, en Neuquén, o Tierra del Fuego, donde los ingresos promedio son significativamente altos.

“En el norte del país, donde los ingresos son más bajos y el acceso a vivienda es más precario, las tasas de no emancipación son más altas. En contraste, en ciudades como Buenos Aires, Córdoba o centros productivos del sur como Neuquén o Tierra del Fuego, los niveles de emancipación juvenil son mayores por las mejores oportunidades laborales y educativas”, resume el director de Tejido Urbano.

Fuente: LaCapital

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